N Juan Antonio Valles luchó por el futbol infantil hasta sus últimos días.
El Siglo de Durango
Según se puede observar en algunos registros históricos, la celebración de Día de Muertos es meramente mexicano y se practicaba antes de la llegada de los españoles en las etnias mexica, maya, purépecha y totonaca.
En Durango se celebra de una manera especial esta fecha, en donde son recordados todos los seres queridos que se adelantaron en el viaje eterno.
En todos los ámbitos existen personalidades, a quienes se les rinde un homenaje en el Día de Muertos. Uno de los grandes personajes del futbol infantil y quien es recordado por sus entrega al deporte es Juan Antonio Valles, un verdadero promotor deportivo y comprometido con las clases más vulnerables de la sociedad.
Juan Antonio Valles no solo fue un apasionado del futbol infantil, sino que defendió el deporte con su pluma y demostró ser un periodista centrado, honrado y ejemplar.
El Señor Valles, como era conocido por muchos deportistas vivió un feliz matrimonio con Amelia Granados Cabrera, con quien procreó cuatro hijo, Graciela Nohemi, Daniel Antonio, Amelia y Juan Antonio, con quienes formó un hogar lleno de principios.
Los familiares de Juan Antonio Valles aseguran que les enseñó a trabajar en equipo y a apoyar a los niños de escasos recursos, además de ser rectos y honrados.
"En alguna ocasión, estábamos en campo de beisbol, un señor se acercó a mi mamá y le regaló un queso, cuando mi papá se dio cuenta, tomó el queso y lo regresó".
"Nosotros le preguntamos que porqué hacia eso y nos respondió, que por que él no se vendía por nada, y que ese señor quería que mi papá no escribiera algunas cosas malas que él realizaba. Así era mi papá, siempre nos dio el ejemplo de honradez y sobre todo ayudar a los niños de escasos recursos, si veía que un niño no tenía zapatos, él se los compraba", comentó su hija Nohemi.
El Señor Valles fue una persona muy serie de carácter, a sus familiares los encaminó al deporte, pero su vida era la liga de futbol infantil.
Algunas anécdotas que sus familiares recuerdan tienen como factor común las distracciones del Señor Valles.
En alguna ocasión olvidó, por más de tres horas a una de sus hijas en el coche, hasta que un compañero de la prensa le preguntó sobre si no olvidaba algo en el carro.
La fortaleza y preocupación por los niños del futbol lo persiguieron hasta sus últimos días.
"Él no quiso que lo vieran en sus últimos días, siempre nos dijo que quería que lo recordaran como era. Los dolores del cáncer le daban muy fuerte pero el siempre se preocupaba por los niños de su liga".
"En una ocasión llegó Jorge Herrera Delgado a visitarlo, cuando estaba muy malo. Le preguntó que si se le ofrecía algo. Mi papá contestó que si, que le dieran una raspada al campo de la ETI y le pusiera luz, además de un arreglada a las canchas del Instituto Estatal del Deporte", compartió Nohemi.
Desgraciadamente, el 1 de agosto del 2006 la batalla contra el cáncer se perdió y el Señor Valles fue llamado al paraíso para formar una liga de futbol de angelitos, quedando en la memoria de muchos futbolistas duranguenses, quienes iniciaron sus primeras patadas en los campeonato organizados por Juan Antonio Valles.