La Selección de Holanda se aferró al inmenso talento de Arjen Robben, autor de dos goles, para imponerse este viernes 3-2 sobre Gales, en un amistoso en el que el conjunto local acusó en exceso la ausencia de sus dos principales estrellas, el atacante Gareth Bale y el mediocampista Aaron Ramsey.
Sin la presencia del delantero del Real Madrid, liberado del compromiso por el seleccionador galés, y del media punta del Arsenal, lesionado, el equipo de Gales se vio reducido a un trabajador y ordenado grupo, dependiente en exceso de su efectividad a balón parado.
Escasas armas que, sin embargo, a punto estuvieron de ser suficientes para que el entusiasta conjunto galés lograse un resultado positivo ante una Holanda, que tras quedar fuera de la próxima Eurocopa de Francia, vive inmersa en un mar de dudas.
Incertidumbre que el técnico holandés Danny Blind intentó atajar con una nutrida defensa de cinco hombres, la misma fórmula que permitió a Holanda, entonces dirigida por Louis van Gaal, lograr la tercera plaza en el Mundial de Brasil, aunque sin los mismos resultados.