Esta semana se dio un caso que es muy recurrente en el centro de la República Mexicana, pero que pocas veces se da en Durango. Invitar a jóvenes a visorías de equipos como el América, pero donde el club sale a desmentir dichas convocatorias.
En este caso se vio involucrado el equipo de los Dorados de Villa, quienes se lavaron las manos rapidamente diciendo que ellos solo habían prestado un espacio para publicar dicha visoría en la que se le cobraba a los jóvenes por asistir al entrenamiento y ser vistos por entrenadores americanistas.
El América salió a decir que ellos no convocaban y que se deslindaban de Jorge Gómez Jr., quien organizaba dicho evento.
Jorge mencionó que, efectivamente, el evento no era del América, pero que se había invitado a visores del club para ver a los jóvenes y que solo se les cobraba a los futbolistas lo de sus gastos, no más.
Total que entre declaraciones y aclaraciones ya no supe si se realizó o no la visoría.
Lo que sí estoy seguro es de los sueños de muchos padres duranguenses por ver a sus hijos como futbolistas profesionales, la mayoría de las veces resulta solo en un mal negocio, y solo alcanzarán a ver a sus hijos jugar, si acaso, en las canchas de las Prepas, en la Liga Benito Juárez, ante otras decenas de "exprofesionales de Segunda... División".
Mire, apenas hace unas semanas, el Real Madrid y el Atlético de Madrid fueron sancionados por la FIFA, por contratar a menores de edad para jugar en sus equipos.
Y es que la FIFA lo que pretende es precisamente que no se haga negocio con niños o jóvenes, ya que en Europa existen muchos promotores que se encargan de llevarlos a visorías con equipos importantes y en el mejor de los casos logran acomodarlos, cobrando una prima de derechos de formación o en su defecto un porcentaje del contrato del joven.
Hasta ahí todo bien, sin embargo el problema radica en que estos promotores han abandonado a centenas de jóvenes, dejándolos a su suerte en un país donde ni siquiera conocen el idioma.
Es por ello que la FIFA prohíbe contratos con menores de edad, aún y cuando a los elegidos se les da trabajo a sus padres y todas las comodidades, tanto al jugador como a la familia del mismo.
En Durango el futbol es el deporte más practicado, sin embargo, la historia dice que no tenemos el talento suficiente para sobresalir en el máximo circuito del país, pues en los últimos 10 años solo un jugador de la capital ha logrado llegar, e incluso fue material de Selección Nacional, me refiero a Jaime "Batata" Correa.
Pese a tener equipo en la Liga de Ascenso, la oportunidad para los duranguenses fue a cuentagotas, incluso para jugar en otros equipos del mismo circuito fue difícil para los duranguenses.
El sueño de los presidentes del club, era sacar jugadores y proyectarlos para que llegaran al máximo circuito, a más de 10 años ese proyecto no ha dado un solo futbolista de Primera División.
Dentro de ese sueño se involucró a los padres de familia, quienes le han invertido al desarrollo futbolístico de sus crías, y estoy hablando de cantidades de dinero considerables, pues no solo es la ropa, sino que pagan hasta los viajes y en algunas veces la instrucción del joven, es decir al entrenador.
Escuelas como el Campestre, Dorados de Villa, Centauros de Durango, Chivas y Santos existen por el interés de un padre de llevar a su hijo al profesionalismo, pero una vez que termina el sueño para él, termina para los demás tengan o no condiciones.
Es fácil, si su hijo es lo suficientemente bueno, rápido será detectado, el ojo clínico de los visores es como el de los trabajadores de una funeraria, ya saben quien va a morir y lo involucran rápido al negocio.
Para que su hijo pueda ser un buen negocio, el sueño de llegar debe ser de él, no de usted.
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